EFECTOS DE
LA ADORACIÓN
Acerca al corazón de Dios
1.
Reflexión
Al aproximarnos a las realidades
espirituales necesitamos apoyarnos con frecuencia en los conocimientos que
tenemos del mundo físico y en la experiencia de la vida.
Para hablar del
corazón de Dios tenemos que adentrarnos por los recovecos del corazón humano,
aunque no tenga mucho en común con el corazón de Dios.
Tendríamos que empezar
preguntándonos qué entendemos cuando usamos la palabra ‘corazón’ o qué quiere
decir la palabra de Dios cuando usa este término, ya que Dios habla con
frecuencia de su amor, de sus sentimientos, de sus decisiones, pero pocas veces
alude a su corazón.
La importancia del corazón deriva de la
estimación que tiene desde el punto de vista de Dios, que suele diferir
bastante del que tiene el hombre.
Éste mira lo que hay ante sus ojos, pero el
Señor mira el corazón, como dice a Samuel que va en busca de David para ungirlo
rey: “La mirada de Dios no es como la
mirada del hombre, pues el hombre mira las apariencias, pero el Señor mira el
corazón” (1 S 16,7)
¿Qué significados
tiene el término ‘corazón’ en los textos bíblicos:
·
Expresa las
interioridades del hombre en contraste con las realidades externas: “La palabra está bien cerca de ti, está en
tu boca y en tu corazón para que la pongas en práctica” (Dt 30,14).
·
Se usa también para
hacer referencia a una persona o su personalidad: “Abraham cayó rostro en tierra y se echó a reír, diciendo en su
corazón: ¿A un hombre de cien años va a nacerle un hijo?, ¿y Sara, a sus
noventa años, va a dar a luz?” (Gn 17,17)
·
A veces se entiende como
fuente de deseo o inclinación. El salmista dice al Señor: “Gracias te doy de todo corazón, Señor Dios mío” (Sal 86,12).
·
El corazón de Dios es en
ocasiones la fuente de su sabiduría, su ciencia o su bondad: “Os pondré pastores según mi corazón que os
den pasto de conocimiento y prudencia”
(Jr 3,15).
·
Como en una expresión
humana alude también al centro de los sentimientos, emociones y voluntad: “Amarás Al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza” (Dt 6,5)
·
Para reforzar su
significado se usa al lado del término ‘alma’: “Y se obligaron con un pacto a buscar
al Señor, el Dios de sus padres, con todo su corazón y con toda su alma”
(2 Cr 15,12).
·
Es visto también como
fuente de las acciones humanas a las que da una calificación moral. Salomón
dijo: “Tú has tenido gran amor a tu
siervo David mi padre, porque él ha caminado en tu presencia con fidelidad, con
justicia y rectitud de corazón contigo” (1 R 3,6).
·
El hombre es consciente
de que su corazón, manchado por el pecado, necesita al intervención de Dios: “Crea en mí, oh Dios, un puro corazón, un
espíritu firme dentro de mí renueva” (Sal 51,12).
·
Otras veces es objeto
del amor de Dios que viene a restaurar el corazón del hombre, porque éste es
incapaz de darle lo que necesita: “Os
daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo” (Ez
36,26);; Pr 4,4)
El verdadero adorador se acerca de corazón
a adorar a Dios y encuentra acogida y respuesta en el corazón de Dios, que se
goza ante ese acto de entrega y demostración de amor, porque nunca es el hombre
tan aceptable a Dios como cuando se humilla en su presencia y le adora en
espíritu y verdad.
La adoración es en cierto modo un encuentro de corazones:
del corazón del hombre, que se rinde ante Dios, y del corazón de Dios, que se
acerca al hombre atraído por su amor y su humildad.
Testimonios – Palabra profética
En tiempo de adoración: visión
de Jesús en la cruz y de un gran número de personas postradas ante él rostro en
tierra. Palabras al corazón: "Mi pueblo, mis hijos amados, cuando os
postráis ante mí, mi corazón se abre y brotan de él abundantes torrentes del
amor y la misericordia que tengo para vosotros.
Cuando os postráis ante mí, el
fuego de mi amor quema todas vuestras basuras, el fuego de mi amor quema
vuestras infidelidades, el fuego de mi amor lleva a cabo la transformación que necesitáis cada uno de vosotros.
Sólo yo
puedo transformaros, sólo yo puedo cambiar vuestros corazones y vuestra mente,
sólo yo puedo daros una vida nueva. Postraos ante mí, que vuestra vida sea una
vida de adoración, rendíos ante mi presencia.
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