lunes, 13 de julio de 2015

Acerca al corazón de Dios


 


EFECTOS  DE  LA  ADORACIÓN 

Acerca al corazón de Dios

 

    1. Reflexión

 

    Al aproximarnos a las realidades espirituales necesitamos apoyarnos con frecuencia en los conocimientos que tenemos del mundo físico y en la experiencia de la vida.
 
Para hablar del corazón de Dios tenemos que adentrarnos por los recovecos del corazón humano, aunque no tenga mucho en común con el corazón de Dios.
 
Tendríamos que empezar preguntándonos qué entendemos cuando usamos la palabra ‘corazón’ o qué quiere decir la palabra de Dios cuando usa este término, ya que Dios habla con frecuencia de su amor, de sus sentimientos, de sus decisiones, pero pocas veces alude a su corazón.

    La importancia del corazón deriva de la estimación que tiene desde el punto de vista de Dios, que suele diferir bastante del que tiene el hombre.
 
Éste mira lo que hay ante sus ojos, pero el Señor mira el corazón, como dice a Samuel que va en busca de David para ungirlo rey: “La mirada de Dios no es como la mirada del hombre, pues el hombre mira las apariencias, pero el Señor mira el corazón” (1 S 16,7)

¿Qué significados tiene el término ‘corazón’ en los textos bíblicos:

·         Expresa las interioridades del hombre en contraste con las realidades externas: “La palabra está bien cerca de ti, está en tu boca y en tu corazón para que la pongas en práctica” (Dt 30,14).

·         Se usa también para hacer referencia a una persona o su personalidad: “Abraham cayó rostro en tierra y se echó a reír, diciendo en su corazón: ¿A un hombre de cien años va a nacerle un hijo?, ¿y Sara, a sus noventa años, va a dar a luz?” (Gn 17,17)

·         A veces se entiende como fuente de deseo o inclinación. El salmista dice al Señor: “Gracias te doy de todo corazón, Señor Dios mío” (Sal 86,12).

·         El corazón de Dios es en ocasiones la fuente de su sabiduría, su ciencia o su bondad: “Os pondré pastores según mi corazón que os den pasto de conocimiento y prudencia”  (Jr 3,15).

·         Como en una expresión humana alude también al centro de los sentimientos, emociones y voluntad: “Amarás Al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza” (Dt 6,5)

·         Para reforzar su significado se usa al lado del término ‘alma’: “Y se obligaron con un pacto a buscar  al Señor, el Dios de sus padres, con todo su corazón y con toda su alma” (2 Cr 15,12).

·         Es visto también como fuente de las acciones humanas a las que da una calificación moral. Salomón dijo: “Tú has tenido gran amor a tu siervo David mi padre, porque él ha caminado en tu presencia con fidelidad, con justicia y rectitud de corazón contigo” (1 R 3,6).

·         El hombre es consciente de que su corazón, manchado por el pecado, necesita al intervención de Dios: “Crea en mí, oh Dios, un puro corazón, un espíritu firme dentro de mí renueva” (Sal 51,12).

·         Otras veces es objeto del amor de Dios que viene a restaurar el corazón del hombre, porque éste es incapaz de darle lo que necesita: “Os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo” (Ez 36,26);; Pr 4,4)

El verdadero adorador se acerca de corazón a adorar a Dios y encuentra acogida y respuesta en el corazón de Dios, que se goza ante ese acto de entrega y demostración de amor, porque nunca es el hombre tan aceptable a Dios como cuando se humilla en su presencia y le adora en espíritu y verdad.
 
La adoración es en cierto modo un encuentro de corazones: del corazón del hombre, que se rinde ante Dios, y del corazón de Dios, que se acerca al hombre atraído por su amor y su humildad.

Testimonios – Palabra profética

En tiempo de adoración: visión de Jesús en la cruz y de un gran número de personas postradas ante él rostro en tierra. Palabras al corazón: "Mi pueblo, mis hijos amados, cuando os postráis ante mí, mi corazón se abre y brotan de él abundantes torrentes del amor y la misericordia que tengo para vosotros.
 
Cuando os postráis ante mí, el fuego de mi amor quema todas vuestras basuras, el fuego de mi amor quema vuestras infidelidades, el fuego de mi amor lleva a cabo la transformación  que necesitáis cada uno de vosotros.
 
Sólo yo puedo transformaros, sólo yo puedo cambiar vuestros corazones y vuestra mente, sólo yo puedo daros una vida nueva. Postraos ante mí, que vuestra vida sea una vida de adoración, rendíos ante mi presencia.

 

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