Nos proponemos ser / estar:
a.- Unidos en su Nombre: (Mateo 18,18 ss ; Juan 17,20 ss)
Mateo 18,
18 De cierto os digo que todo lo
que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la
tierra, será desatado en el cielo.
19 Otra vez os digo, que si dos
de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que
pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.
20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí
estoy yo en medio de ellos.
Juan 17,
20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de
creer en mí por la palabra de ellos,
21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre,
en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo
crea que tú me enviaste.
22 La gloria que me diste, yo les he dado,
para que sean uno, así como nosotros somos uno.
23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean
perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los
has amado a ellos como también a mí me has amado.
24 Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también
ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado
desde antes de la fundación del mundo.
b.- Santos por su Presencia: (2 Corintios 3,2
ss)
2 Corintios 3,
2 Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones,
conocidas y leídas por todos los hombres;
3 siendo manifiesto que sois carta
de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del
Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.
4 Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios;
5 no que seamos competentes por
nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra
competencia proviene de Dios,
6 el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no
de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu
vivifica. (sigue)
7 Y si el ministerio de muerte
grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no
pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su
rostro, la cual había de perecer,
8 ¿cómo no será más bien con
gloria el ministerio del espíritu?
9 Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más
abundará en gloria el ministerio de justificación.
10 Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en
comparación con la gloria más eminente.
11 Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que
permanece.
12 Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza;
13 y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los
hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser
abolido.
14 Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy,
cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual
por Cristo es quitado.
15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está
puesto sobre el corazón de ellos.
16 Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará.
17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor,
allí hay libertad.
18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo
la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma
imagen, como por el Espíritu del Señor.
c.- Misioneros
con su Unción: (Mateo 28,18 ss; Hechos 1,4 ss.)
18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en
la tierra.
19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas
las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo;
20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo
estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Hechos 1,
4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la
cual, les dijo, oísteis de mí. (sigue)
5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no
muchos días.
8 recibiréis poder, cuando haya venido sobre
vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea,
en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Hechos 1,
ResponderBorrar4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. (sigue)
5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.
8 recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.