lunes, 27 de julio de 2015

LA VIDA de la que hablamos es una nueva naturaleza conforme a la de Dios, y que surge en el interior, en el espíritu del hombre.


Bases Para El Crecimiento

De La Nueva Vida



 

Bienvenido a este Curso Bíblico.
 
Todo el estudio que vas a realizar está basado en las Sagradas Escrituras, es decir, la Biblia.
 
Si no tienes una Biblia contigo, procura conseguir una y mantenerla a tu lado todo el tiempo.
 
De esa forma podrás meditar y confirmar la exposición de las verdades con las que te encontrarás.
 
En las páginas de la Palabra de Dios aparecen conceptos básicos con los que debes familiarizarte y conocer su significado.
 
Algunos de esos conceptos, que te ayudarán a comprender mejor el contenido de este CURSO, son los siguientes:

Salvación:  Es la reconciliación con Dios por la fe en Jesús. Paz con Dios. Seguridad de perdón de pecados. Seguridad de vida eterna. Seguridad de haber sido echo un hijo de Dios.

Nueva vida:  Un nacimiento de nuevo en el espíritu del hombre producido por el Espíritu Santo, al recibir la palabra de verdad, el evangelio de Jesús. Es un despertamiento espiritual conectado con Dios a través de Su Hijo Jesucristo.

Nuevo hombre:  Un ser completamente nuevo que nace como un embrión, engendrado por Dios mismo,  con la naturaleza divina. Es un ser espiritual unido con Jesucristo a través del Espíritu Santo.

Iglesia o familia de Dios:  Son todas aquellas personas que han nacido de nuevo, por el Espíritu y la Palabra, confesando a Jesucristo como su Señor; al margen de su denominación cristiana.

Evangelio:  Es el mensaje de Dios concentrado en la muerte y resurrección de Jesucristo, que es poder de Dios para salvar completamente a todo aquel que cree. Es la buena nueva que anuncia la reconciliación del hombre con Dios por la fe en Jesús.

Fe:  Es un don de Dios que viene al oír Su palabra. Esta desata la fe suficiente para creer todo lo que Dios ha dicho. Es creer en Dios y a Dios, según las Escrituras.

Todo este estudio gira entorno a un concepto vital que aparece en las Sagradas Escrituras como el mensaje esencial que debemos comprender, ese concepto es LA VIDA. ¿Qué es la vida? ¿Quién la da? Y ¿Cómo se recibe?

¿Qué es la vida? Es un concepto muy amplio, pero sobre todo es una realidad tan evidente como la muerte. El hombre escogió libremente desobedecer a Dios. Trasgredió las leyes divinas. Pecó y por tanto dio entrada a la muerte.
 
Primero vino la muerte espiritual, luego la física. ¿Qué es la muerte espiritual? Es una separación de Dios, estar desconectados del Espíritu Santo.
 
Es una naturaleza mala que genera maldad. Por su parte LA VIDA de la que hablamos es una nueva naturaleza conforme a la de Dios, y que surge en el interior, en el espíritu del hombre.
 
Es un nuevo hombre unido con Dios en espíritu y en verdad. El apóstol Pedro escribe:

“Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo...” (2 Pedro, 1,3-4).

¿Quién la da? Solo hay uno que la puede dar. Es el Autor de la Vida, JESUCRISTO.

“En él (Jesús) estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres” (Juan, 1:4). Y el Señor Jesús mismo dice: “Yo he venido para que tengáis vida y para que la tengáis en abundancia” (Evangelio de Juan). 

¿Cómo se recibe? Por el arrepentimiento delante de Dios. “Arrepentios... para que sean borrados vuestros pecados” (Hechos, 3,19).
 
Por la fe en Jesús y su obra redentora. “Porque con el corazón se cree para justicia...” (Romanos, 10,10). Por la confesión de Jesucristo como tu Señor. “... Y con la boca se confiesa para salvación (Romanos, 10:10).

Puedes hacer tuya la siguiente oración. Hazla con todo tu corazón y delante de Dios, para recibir UNA VIDA NUEVA.

"Padre celestial, vengo a ti en el Nombre de Jesús, para pedirte perdón por todos mis pecados. Creo que la sangre derramada en la cruz del Calvario me limpia; y declaro a Jesucristo como mi Señor. Gracias por darme en este momento una NUEVA VIDA. Amén”.

Si la has hecho sinceramente ha comenzado en ti el embrión de una nueva vida, la vida de Dios, la vida eterna.
 
Ahora podrás sacarle mayor provecho a las lecciones que vienen a continuación, que te explicarán como puedes hacer crecer esa nueva vida espiritual que has recibido en tu corazón por la fe depositada en Jesús de Nazaret.
 
Ahora puedes estar seguro, según lo que Dios ha declarado en Su Palabra, que ha comenzado un renacimiento en tu ser interior, tu espíritu.
 
El Espíritu Santo será tu aliado para que puedas comprender las cosas espirituales y sean claras dentro de ti. 

Jesucristo dijo: "El espíritu es el que da vida: la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
 
Pues bien, ahora estás en disposición de conocer las bases y fundamentos sobre los que está edificada tu NUEVA VIDA. 
 
Así mismo, sabrás cómo puedes crecer espiritualmente sin límites, y hacer productiva tu NUEVA VIDA hasta tu entrada en la eternidad.
 
Permíteme que te felicite, porque de la misma manera que María, la hermana de Lázaro, "has escogido la buena parte, la cual no te será quitada”.

Fundamentos De La Nueva Vida

Hemos recibido una vida nueva que no debemos descuidar. Como cualquier otra vida debe crecer y desarrollarse para llegar a hacerse fuerte y productiva.
 
Para ello, debemos conocer las verdades que la sustentan. Los fundamentos esenciales de esta nueva vida son los siguientes:

LA PERSONA DE JESUCRISTO

“Porque Nadie puede poner otro fundamento que el que ya está puesto, el cual es Jesucristo” (1 Corintios, 3,11).

Jesús no es un hombre cualquiera, es Dios hecho carne, la cabeza de la iglesia, y el que tiene toda la autoridad en el cielo y en la tierra. Por tanto, es un fundamento estable y vivo.

LA OBRA DE JESUCRISTO

 
“Cristo es el que murió; más aún, el que también resucito, el que además está a la diestra de Dios e intercede por nosotros” (Romanos, 8,34).

La obra redentora de Jesucristo, es decir, su muerte, resurrección y exaltación es única, perfecta y para siempre. Además ha destruido los poderes del diablo, el pecado y la muerte. Sobre esta base podemos caminar con pie firme.

LA GRACIA DE DIOS

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras...” (Efesios, 2,8).

La vida nueva la recibimos por gracia. Es un regalo de Dios que se recibe por fe. Todas las religiones tratan de conseguir el favor de Dios por esfuerzos humanos, pero Dios ha decidido hacerse favorable al hombre por Su gracia, recibida mediante la fe en Jesús.

EL ARREPENTIMIENTO

“... Testificando a Judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios...” (Hechos, 20,21).

 Es necesario recibir la nueva vida. El arrepentimiento siempre se manifiesta en obras.

“Haced, pues, frutos dignos arrepentimiento...” (Lucas, 3,8).

“Así que, arrepentios y convertios, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio...” (Hechos, 3:19).

LA FE EN JESÚS

 “...Testificando a judíos y a gentiles acerca... de la fe en nuestro Señor Jesucristo” (Hechos, 20,21).

Esta fe es la que confiesa con su boca que Jesús es el Señor, y cree en el corazón que Dios le levantó de los muertos.
 
Es la fe fundada sobre las promesas de Dios, sobre su palabra, la Biblia. Esta fe siempre se ve por las obras. La fe opera en el corazón, osea, en el espíritu del hombre (interior); y se ve por las acciones que realiza (exterior).

La vida nueva que hemos recibido está bien fundamentada.
 
Debemos crecer en ella y hacerla firme. ¿Cómo? No moviéndonos del fundamento que es Cristo y su obra en la cruz del Calvario. Viviendo en la esfera de la gracia y en las obras de arrepentimiento y fe en Jesús.

 
1. Anota Los Cinco Fundamentos Sobre Los Que Se Basa La Nueva Vida.

2. ¿Crees Que Ya Ha Comenzado En Ti La Nueva Vida En Cristo? Explica Brevemente Por Que Lo Sabes.  

3. Busca En El Estudio El Versiculo De Efesios, 2,8,9 Y Anotalo Aqui.

 
PRIMEROS RESULTADOS DE LA VIDA



 

La vida cristiana es una nueva identidad. Es un nuevo lugar de localización. Tenemos otro domicilio. Una nueva residencia: ESTAMOS EN CRISTO.

“El que se une al Señor es un espíritu con él” (1 Corintios, 6,17)

La vida nueva que hemos recibido comienza rápidamente a producir sus primeros resultados en nosotros. Son resultados de creación nueva y posición nueva ante Dios. Veamos algunos.

HEMOS SIDO HECHOS HIJOS DE DIOS

 “Mas a todos los que le recibieron (a Jesús), a los que creen en su nombre, les dio potestad (autoridad) de ser hechos hijos de Dios” (Juan, 1,12).

Llegamos a ser hijos por nacimiento. No por nacimiento físico en un determinado país, sino por nacimiento espiritual al recibir a Jesús como Señor.
 
Así Dios llega a ser un verdadero Padre para nosotros. Una nueva relación ha comenzado. La armonía con Dios es un hecho.

HEMOS SIDO HECHOS UNA NUEVA CREACIÓN

 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios, 5,17).

La salvación que hemos recibido en Cristo nos ha hecho una nueva creación, un nuevo hombre.
 
 
Hemos sido creados a la semejanza de Dios. Con la naturaleza de Dios y el carácter de Dios. Por lo tanto, de forma “natural”, podemos manifestar las obras de Dios. No es un intento desesperado de “ser bueno”, sino la expresión normal de la vida cristiana.

HEMOS SIDO HECHOS JUSTICIA DE DIOS

“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2Corintios, 5,21).

No se trata de un cambio de vestido. Ni tampoco de un cambio de religión o ideas.
 
Se trata de una nueva naturaleza justa. Una posición de justificación ante Dios por la fe en Jesús.
 
Este hecho nos libera de la conciencia de culpabilidad. Como si nunca hubiésemos pecado.

“... Se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” (Romanos, 3,21-24).

La salvación (nueva vida o nueva relación con Dios), de la que hablan las Escrituras, es una salvación muy grande que incluye muchas cosas. Hay muchos nuevos beneficios en la vida cristiana.
 
Algunos son netamente espirituales, otros son verdaderamente prácticos para cada circunstancia de nuestra vida.
 
A todos ellos tenemos acceso mediante la fe. Son parte de nuestra herencia como hijos de Dios. Veamos algunos.

·         Paz con Dios.  Es reconciliación con Dios. Armonía con el Creador. Una relación amistosa con un Dios bueno.

·         Sanidad.  Jesucristo es también nuestro sanador. Llevó nuestros pecados y nuestras enfermedades en la cruz del Calvario. Es sanidad divina. Milagros en el cuerpo.

·         Liberación.  Una libertad nueva en el cuerpo, alma y espíritu. Libres de amargura, depresión, rencor, mal carácter, manías obsesivas, demonios, etc.

·         Economía liberada.  Dios ha prometido atender nuestras necesidades materiales para que abundemos para toda buena obra; sin esclavizarnos por la avaricia, ni estemos en ansiosa inquietud por comida y bebida.

·         Mente sana.  Desbloqueo de pensamientos perturbadores. Limpieza e higiene mental. Libertad de pensar bien. Salud mental.

·         El Espíritu Santo.  La plenitud o el bautismo del Espíritu que nos capacita para servirle con poder. Es la clave para una vida cristiana victoriosa.

·         Ser guardado del mal.  Una vida protegida por la sangre de Jesucristo que impide que seamos zarandeados por las circunstancias y la manipulación del diablo. 

 

“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación (incluye todo lo mencionado y mucho mas) a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego” (Romanos, 1,16).

Todos estos beneficios son parte de nuestra herencia en Cristo, y debemos reclamarlos en fe. Para ello debemos asegurarnos que realmente nos pertenecen, encontrándolos en la Palabra de Dios.

Anota los tres primeros hechos que se producen como resultado de la nueva vida

Hemos sido hechos...

Anota la verdad que mas te haya impactado en esta lección y explica por qué. Busca en el estudio el versículo de 2 Corintios 5,17 y anotalo aquí.

                                                                                                                                
Primeros Pasos Del Crecimiento

Ahora que has nacido de nuevo necesitas crecer espiritualmente. La clave para un crecimiento rápido y sano es LA OBEDIENCIA.

“Elegidos... para obedecer” (1 Pedro, 1,2).

“Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia...” (1 Pedro, 1,14).

“Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu...” (1Pedro,1,22).

En esta lección vamos a ver algunos pasos iniciales que debemos obedecer para entrar en un crecimiento sano, equilibrado y rápido.

EL BAUTISMO EN AGUA

“Jesús les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándoles en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo...” (Mt.28,18-19).

El bautismo es el resultado visible de una fe de corazón. La fe se ve por las obras.
 
El bautismo es el acto seguido a esa fe en Jesús, de ahí que sea necesario bautizarse cuando hemos creído, no antes. Es una decisión propia y personal del individuo que cree en el Salvador.
 
Es una identificación plena con Jesús en su muerte y resurrección, por ello es necesario que sea por inmersión, es decir, sumergido plenamente en agua.

EL BAUTISMO EN EL ESPIRITU SANTO

“Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días” (Hechos,1,5).

Este es un bautismo de fuego espiritual para el hombre nacido de nuevo. Es la capacidad sobrenatural de Dios para que podamos vivir la vida cristiana en victoria. Se recibe por fe al pedirlo a Dios, y por imposición de manos de otros ministros del Señor.
 
La señal más común de haber sido bautizado en el Espíritu (según el testimonio del libro de los Hechos) es hablar en nuevas lenguas.
 
Esta experiencia comienza un día, pero debe mantenerse todo el tiempo, viviendo llenos del Espíritu Santo constantemente. Así podemos vivir en los dones y el fruto del Espíritu.

ESTUDIAR LAS ESCRITURAS

“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Jn.5,39).

El hombre nuevo necesita la palabra de Dios como la comida necesita el cuerpo. Es el alimento de Dios que tiene todas las vitaminas necesarias para un crecimiento sano y equilibrado.
 
Por eso debes dedicarle tiempo todos los días para leerla y meditarla. El apóstol Pedro como padre espiritual dice: “Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación” (1 Pedro.2,2).

LA VIDA DE ORACIÓN

Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados... y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones” (Hechos, 2,41-42).

El hombre nuevo debe comenzar a hablar con su Padre como algo natural.
 
Debe hacerlo en privado (personalmente), y en público (en la congregación), con sus hermanos.
 
Jesús nos dio un patrón-base de oración en el “Padrenuestro”. Un buen modelo a seguir para la vida de oración.

LA INTEGRACIÓN EN LA IGLESIA LOCAL

El hombre nuevo necesita una familia donde recibir los cuidados necesarios para su crecimiento. Esto es algo fundamental para un desarrollo exitoso de la vida cristiana. Jesús, como el Buen Samaritano, recogió y sanó a aquel hombre que había sido golpeado en el camino.
 
Luego lo trajo a la posada para que se continuara la obra de restauración. Así cada uno de nosotros está necesitado de los demás para llegar a ser productivo.
 
Tu también necesitas estar integrado en una iglesia local donde puedes ser bien alimentado y protegido, para llegar a ser una bendición a muchos otros.

La clave para el crecimiento del nuevo hombre es la obediencia a Jesucristo y su palabra.
 
Obediencia en bautizarse en agua, en recibir el bautismo en el Espíritu Santo; en estudiar las Escrituras, vivir una vida de oración verdadera y además estar integrado en una iglesia local donde recibir buen alimento para el desarrollo espiritual.

Una Nueva Familia: La Iglesia

Nuestra unión con Cristo y su salvación nos ha unido también con su Cuerpo que es la iglesia.
 
Estar unido a Jesús es estar unido también con la iglesia de Dios, puesto que ésta es el Cuerpo de Cristo en la tierra.
 
No se puede vivir una vida cristiana normal profesando fe en Dios y no querer saber nada dc la iglesia.
 
Tampoco se puede ser un cristiano independiente.
 
Es imposible. Cualquier miembro del cuerpo físico no puede andar por sí mismo.
 
Depende del cuerpo y el cuerpo depende de él. Por eso, se hace muy necesario conocer bien qué es la iglesia, cómo funciona, etc.
 
La iglesia es la Familia de Dios que está compuesta de todas las personas que han nacido de nuevo, en todos los tiempos y en todas las naciones. Esta es la iglesia universal.

"Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios...” (Efesios, 2,19).

CRISTO ES LA CABEZA DE LA IGLESIA

 "... Y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo” (Efesios, 1,22-23).

Este pasaje nos habla de que ha sido Dios quién ha puesto por Cabeza a Cristo sobre la iglesia.
 
Jesús mismo es la única cabeza de la iglesia universal. No hay una cabeza en la tierra y otra en el cielo. Jesús es el único Dueño de la iglesia porque él la ha comprado con su preciosa sangre.
 
Por su parte, el Espíritu Santo, ha sido enviado a la tierra para dirigir a la iglesia según las órdenes que recibe de la Cabeza, Jesús. Lo hace a través de hombres escogidos y fieles.

LOS MINISTERIOS DADOS A LA IGLESIA

"Y él mismo (Cristo) constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para La edificación del cuerpo de Cristo...“(Efesios, 4,11-12).

En esta lista encontramos una serie de ministerios, es decir, de dones en forma de personas que Jesús ha escogido para edificar su propia iglesia.
 
Son personas con misiones especiales. El propósito de estas personas es capacitar a cada creyente para que cada creyente pueda realzar su cometido en el cuerpo. Así se realiza un crecimiento conjunto y unido desde la cabeza a todo el Cuerpo.

“Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo del Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor (Efesios, 4,13-16).

Esta iglesia está siendo edificada por Jesús mismo. El infierno no puede contra ella, y es columna y baluarte de la verdad en el mundo.

LA EXPRESIÓN LOCAL DE LA IGLESIA

Jesús, a través de su cuerpo, quiere bendecir a cada ciudad, pueblo y nación.
 
El Espíritu Santo ha venido para guiar a los creyentes a establecer iglesias en cada ciudad.
 
Así surgen las comunidades de cristianos que se juntan en un mismo lugar para servir a Dios y ser un testimonio en la sociedad donde viven.
 
Cada una de estas comunidades es una expresión de la totalidad de la iglesia en todo el mundo.

El vínculo de unión entre ellas es el Espíritu Santo y la verdad de la Palabra de Dios.
 
La piedra angular es Jesucristo. Todos los que invocan su nombre, en espíritu y verdad, pertenecen a esta iglesia.
 
El apóstol Pablo lo expresó así al escribir a los corintios. “... A la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre del Señor Jesucristo. Señor de ellos y nuestro”.

En Cristo estamos unidos a su cuerpo, que es la iglesia, la familia de Dios. Jesús es la única cabeza y el Espíritu Santo es quién la dirige a través de hombres escogidos y fieles. Esta es la iglesia universal, que tiene su expresión local en cada ciudad, pueblo o nación, donde se invoca a Jesús por Señor.

 La Integración En La Iglesia Local

El hombre nuevo necesita asimilar bien la integración en la iglesia local a la que pertenece. Debe entender, primeramente, que la iglesia no es un edilicio de ladrillo o piedra, sino que está compuesta por personas nacidas de nuevo de todo nivel social y cultural.
 
Para asimilar correctamente la integración en la iglesia local debemos comprender bien algunos aspectos básicos de su funcionamiento. Veamos algunos de ellos.

LA FIGURA DEL PASTOR Y SU FUNCION. EL LIDER.

"Y él mismo (Jesús) constituyó a unos... pastores... a fin de perfeccionar a los santos (cada cristiano) para la obra del misterio (la función que debe realizar cada uno)” (Efesios, 4,11-12).

El pastor ha sido llamado y puesto por Dios para pastorear, dar comida, guiar y proteger. Tiene el cuidado de las almas. Es responsable delante de Dios.
 
Debe hacer su trabajo voluntariamente. Con sinceridad. Siendo un ejemplo a seguir, un modelo. Además, la congregación debe estarle sujeta por la misión que realiza y deben ser cubiertas sus necesidades económicas mediante el presupuesto de la iglesia local a la que sirve.
 
Todos estos aspectos tienen su base expuesta ampliamente en la Palabra de Dios, la Biblia.

LA VISION DE LA IGLESIA. EL PROGRAMA A REALIZAR.

"Sin visión el pueblo se desenfrena (Proverbios, 29,18).

La iglesia local debe tener una visión clara de lo que debe hacer en cada momento. Esta visión tiene que haber sido dada por Dios de forma concreta y específica. Es el camino por donde debe andar.
 
Todos los miembros de la iglesia deben conocer esta visión y realizar un trabajo conjunto, cada uno con sus dones, pero hacia la misma dirección.
 
La iglesia tiene una misión general que cumplir en el mundo, pero también particular y concreta en la sociedad donde vive.
 
La iglesia primitiva de Jerusalén es nuestro ejemplo en todo... Perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones (Hechos, 2,42).

LA FUNCIÓN DE CADA UNO  DE SUS MIEMBROS.

"Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo” (1 Pedro. 2,5).

 Cada miembro es útil y tiene una misión concreta que cumplir. Cada Uno ha recibido un don para administrarlo en favor de los demás.

Por eso es tan importante estar bien integrados en una iglesia local, para poder realizar la misión dada por Dios, trabajar con sus talentos y producir más. Así recibiremos recompensa.

LAS RELACIONES PERSONALES

“Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados (faltas)” (1 Pedro, 4,8).

En este apartado tenemos las mayores dificultades para la integración. Hemos dicho que una iglesia está compuesta de todo tipo de personas diferentes.
 
Caracteres diferentes, trasfondos diferentes etc. Por ello, las relaciones personales se convierten a menudo en una piedra de tropiezo; pero eso no debe ser así cuando el amor está bien activado, junto con el deseo de servirnos los unos a los otros y todos al mundo en que vivimos.

Conseguir la integración plena en la iglesia local es uno de los objetivos principales para el hombre nuevo. Sin esta integración no se puede crecer espiritualmente, ni estar protegido contra los peligros del mundo. Jesús ha querido formar un redil donde están las ovejas, para equiparlas y enviarlas a hacer nuevos discípulos.
 
La iglesia ha recibido un mandato de predicar el evangelio a toda criatura, y eso solo se puede hacer desde la iglesia, a través del Espíritu Santo.
 
No podemos vivir ajenos a esta gran verdad. No podemos existir como creyentes por nosotros mismos, dependemos de un Cuerpo entero: Cristo y la iglesia.

Si estas haciendo este estudio y aún no formas parte de una iglesia local debes orar sinceramente para pedir dirección de Dios e integrarte sin temor a la iglesia.
 
No para pertenecer a un club de socios, o para formar parte de un sistema religioso; si no para entrar en una nueva dimensión de vida espiritual que produce frutos para la gloria de Dios.

 “Todos los que habían creído estab juntos...” (Hch.2,44).
“Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca” (Hebreos, 10,24-25).

Has Nacido Para Ser Un Vencedor

El hombre nuevo ha nacido en victoria. La nueva vida es el resultado de la victoria obtenida por Jesucristo. Desde el mismo momento que hemos nacido de nuevo nuestra vida está sellada por la victoria y el éxito de Jesús a favor nuestro.

Cada persona que nace de nuevo lleva la simiente del Vencedor y debe manifestar Su victoria en el mundo. Cada conversión a Cristo es una evidencia del triunfo legítimo y actual de Jesucristo sobre el diablo y su reino. Cada cristiano debe aprender a hacer efectivo ese triunfo en su propia vida y circunstancias. ¿Cómo? Veremos tres respuestas.

ANDANDO EN FE

“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá” (Romanos, 1,17).

 
“... Porque por fe andamos, no por vista” (2 Corintios, 5,7).

“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe” (1Juan, 5,4).

Esta no es una fe ciega. La fe del cristiano se sostiene y apoya sobre las promesas fieles y verdaderas de Dios en Su palabra. Vive por ellas.
 
Está confiado como un león porque sabe que Dios no miente. Lo que ha dicho lo hará. La fe nos transporta a una vida de confianza y seguridad en cada una de las áreas de nuestras vidas.

PERMANECIENDO EN LA PALABRA DE VERDAD

 “Dijo Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan, 8,31-32).

“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho” (Juan, 15,7).

El hombre nuevo debe permanecer fundado sobre las palabras de Jesús, sin moverse de esa roca firme que le mantienen en pie en medio de las tormentas de la vida. Solo así se afirma la fe y no se tambalea ante los azotes de las circunstancias cambiantes.

ANDANDO EN EL ESPÍRITU

"Si vivirnos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu (Gálatas, 5,25).

La vida cristiana surge por la unión del Espíritu Santo y la Palabra de Dios en nuestros corazones. Para vivir en victoria debernos mantenemos andando en ese mismo Espíritu.
 
De esa forma el diablo no nos puede tocar. El  no puede entrar en la esfera del Espíritu, por eso trata de sacarnos a nosotros de esa posición de seguridad y llevarnos a la fragilidad de la carne y nuestros propios recursos.
 
La clave de la vida cristiana es andar en el Espíritu. ¿Cómo lo conseguiremos?

a) Edificando una relación adecuada con la Persona del Espíritu Santo. El Espíritu es una Persona y debemos comunicamos con ella; tener una relación de amigos y socios para llevar a cabo juntos los planes de Dios. "Sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo (Efesios, 5,18-20).

 

b) No entristeciéndole. Hay cosas que ponen triste al Espíritu de Dios. Él es muy sensible al pecado y la maldad de este mundo, por eso debemos mantenernos alejados de todo ello. "Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención” (Efesios. 4,30).

 

c) Obedeciendo su voz. En esto fueron muy sensibles los primeros cristianos de la iglesia de Jerusalén. "Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro. Acudiendo Felipe” (Hechos, 8,29-30). Cuando el Espíritu nos habla a nuestro corazón debemos obedecerle pronto, de esa forma su voz va siendo más audible en nosotros.

Hemos recibido la clase de vida de Dios, que tiene todas las propiedades necesarias para que podamos vivir en victoria en todas las circunstancias. Cristo en nosotros es la garantía.
 
Esa victoria llega a ser una realidad práctica en nuestras vidas sobre las bases de andar en fe; de permanecer en Su palabra y andar en el Espíritu.
 
Entonces podemos decir junto con el apóstol Pablo: “En todas las cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amo... y siempre nos lleva en su triunfo” (Romanos 8,37 y 2 Corintios 2,11).

Armas Para La Batalla

El hombre nuevo es un vencedor desde el nacimiento, pero a la vez se desenvuelve en un territorio hostil. Vive en medio de grandes conflictos.
 
Por eso, necesita aprender a pelear la buena batalla de la fe; y conocer el manejo de las armas espirituales que tiene.
 
La Biblia nos habla continuamente de la batalla que existe entre la luz y las tinieblas, la verdad y la mentira, la justicia y la iniquidad. En definitiva se trata de la guerra entre dos reinos. El Reino de Dios y el Reino de las tinieblas.
 
Esta batalla es espiritual. "Contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Efesios 6:12).

Sin embargo, esta pelea tiene muchas conexiones prácticas con el mundo material en el que vivimos.
 
Los acontecimientos más relevantes de la Historia de la Humanidad, responden al resultado de la lucha espiritual en el campo natural.
 
Los dos mundos (el espiritual y el material) están conectados. Lo invisible y lo visible forman parte de un todo.

Sin extendernos demasiado en mas explicaciones, nosotros debemos comprender la existencia real, no ficticia, (de una guerra espiritual.
 
Tenemos un enemigo que viene "a matar, robar y destruir” y eso no podemos ignorarlo. Pero además, debemos saber que hay otro que es mas poderoso que él y que ha venido para “dar vida y vida en abundancia”. Es Jesús, el Hijo de Dios.

Veremos algunas de las armas espirituales que están a nuestro alcance y que Dios nos ha provisto. Todas ellas deben ser usadas en cada momento que las necesitemos.

LAS ARMAS ESPIRITUALES QUE DIOS NOS HA DADO

"Vestios de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las acechanzas del diablo. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo.

Estad, pues, firmes ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestios con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Tomad el escudo de la fe... Y  tomad el yelmo de la salvación, y la espada del espíritu que es la palabra de Dios (Efesios, 6,11-17).

Necesitamos estar cubiertos con toda la armadura de Dios, todos los días, para entrar en batalla con éxito. Jesucristo es la totalidad de nuestra armadura. ¿Cómo nos la ponemos?
 
Por la fe, proclamando de viva voz cada una de sus partes y visualizándola en nuestro interior.  Veamos una relación de las armas que tenemos y su significado espiritual para nosotros.

LA VERDAD. Es el evangelio que hemos creído. La verdad de Dios nos hace libres de toda mentira de este mundo. La verdad es Jesús mismo.

LA JUSTICIA. Es parte de nuestra nueva naturaleza en Cristo. Hemos sido hechos justos por la sangre de Jesús y debemos mantenernos en esa justicia. Nuestra justicia es Jesús.

EL EVANGELIO DE LA PAZ. Hemos recibido paz en nuestros corazones que debemos guardar bien. Además, compartir el evangelio con otras personas se convierte en un arma que nos hace cada vez más fuertes en la fe. El evangelio es Jesús mismo.

LA SALVACIÓN.  Nuestra salvación está asegurada en Cristo. Saberlo y vivir con ello nos defiende de muchos temores innecesarios sobre el futuro. Jesús es nuestra salvación.

LA FE.  La fe en Jesús vence al mundo. Nuestra fe es de Dios, dada por Él, por lo tanto es suficientemente fuerte para resistir cualquier ataque o circunstancia. Firmes en la fe.

LA PALABRA DE DIOS.  Es como una espada que nos hace tomar la iniciativa en la pelea contra los argumentos humanos, las fortalezas mentales y las vanas imaginaciones. Jesús es el Verbo de Dios.

LA ORACIÓN.  Es un arma de largo alcance porque nos eleva hasta el Trono de la gracia para buscar la ayuda oportuna en cada caso. Debemos mantener una vida constante de oración.

LA ALABANZA.  Alabar a Dios y darle gracias por todo confunde al enemigo. Nos hace mantener un corazón sano y alegre, no de quejas. Rompe muchas cadenas invisibles.

EL NOMBRE DE JESÚS.  Se nos ha dado el derecho de usarlo. Es un Nombre de máxima autoridad en el mundo espiritual. No lo usemos en vano, sino en fe y autoridad.

LA SANGRE DE JESÚS.  Levanta un muro de protección en nuestras vidas, cuyos límites no pueden ser traspasados por las tinieblas. Rociemos nuestras casas en fe con su sangre.

Dios nos ha dado todo un arsenal de armas espirituales para que salgamos victoriosos en la batalla. El hombre nuevo tiene que aprender a “pelear la buena batalla de la fe”. Esto no es algo opcional.
 
Tenemos un enemigo real que no podemos ignorar y que usará todas las artimañas necesarias para apartarnos de los caminos de Dios.

Por tanto, debemos conocer las armas espirituales y su manejo, someternos a Dios, resistir al diablo y echarle fuera de nuestras vidas, nuestras familias, nuestra iglesia, nuestra ciudad y nuestro país.
 
Todo ello solo puede ser hecho en el Nombre de Jesús y desde una vida que confía plenamente en él y en su palabra.

Has llegado al final de este sencillo Curso Bíblico. Debo felicitarte nuevamente por tu constancia. También quiero decirte, antes de terminar, que la vida espiritual que has recibido de Dios es una vida que no puede ni debe esconderse o guardarse para sí mismo. Jesús no lo hizo. Dios nuestro Padre quiere llevarnos a la eficacia y la productividad que trae refrigerio y bendición a nuestra sociedad.
 
Así fue la vida de Jesucristo y así debe ser la nuestra, porque ahora él vive en nosotros.

De cierto, de cierto os digo; que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.
 
El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará” (Juan, 12,24-26).

Querido amigo(a). Necesitas reconocer al Padre, a tu hermano mayor (Jesucristo) y a la familia de la fe (la iglesia).
 
Debes estar unido a ellos para que juntos podamos influir poderosamente en este mundo. Por ello te aconsejo, de todo corazón, que te integres personalmente en una iglesia local (sí aún no lo estás); donde puedes seguir creciendo y desarrollando lo que Dios te ha dado.
 


 

1 comentario:

  1. Querido amigo(a). Necesitas reconocer al Padre, a tu hermano mayor (Jesucristo) y a la familia de la fe (la iglesia).



    Debes estar unido a ellos para que juntos podamos influir poderosamente en este mundo. Por ello te aconsejo, de todo corazón, que te integres personalmente en una iglesia local (sí aún no lo estás); donde puedes seguir creciendo y desarrollando lo que Dios te ha dado.

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