EN UNIDAD
“Un solo Cuerpo y un solo
Espíritu como una es la esperanza a la que habéis sido llamados” (Ef 4.5)
La
unidad con Dios es la que debemos tener cuando queremos adorar, pero ésta es
inseparable de la unidad con los hermanos.
Tal vez la primera medida que
deberíamos tomar los cristianos sea la de examinarnos acerca de nuestra unidad
fraterna, pero con la luz del Espíritu, dejando a un lado nuestros prejuicios
(juicios formados previamente), pidiendo al Señor con corazón sincero su luz y
su verdad (Sal 43,3).
Tampoco estaría mal reflexionar una y otra vez sobre las
palabras del Señor, cuando próximo a la pasión oraba al Padre diciendo: “Que todos
sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en
nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la
gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos
y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has
enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí! “ (Jn 17,21-23).
¿No es motivo suficiente para rompernos el corazón la
ya tan vieja existencia de divisiones entre los cristianos, cuando el Maestro
condicionaba la fe del mundo a la unidad de sus discípulos?
Estamos preocupados
de muchos modos y con muchos proyectos en la evangelización del mundo, pensamos
mucho, nos esforzamos mucho, pero tal vez tendríamos que acusarnos ante el
Señor de hacer las cosas a nuestro modo en vez de seguir sus instrucciones,
porque mientras él relacionó nuestra unidad con el éxito de la evangelización,
nosotros casi hemos hecho caso omiso de lo que para él era tan importante y
hemos minusvalorado su consejo.
¨ ¿Qué pasaría si respondiéramos de corazón a la palabra que nos pide que
vivamos
“de una manera digna de la vocación con que habéis sido
llamados, con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándoos unos a otros
por amor, poniendo empeño en conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de
la paz” (Ef 4,1-3)?
¨ ¿Y si viviéramos el
mandato de Pablo cuando dice: “Os conjuro, hermanos, por el nombre de vuestro
Señor Jesucristo, a que tengáis todos un mismo hablar, y no haya entre vosotros
divisiones; antes bien, estéis unidos en una misma mentalidad y un mismo
juicio” (1 Co 1,10)?
¨ ¿Qué pasaría si siguiéramos
el consejo del apóstol Pedro cuando nos exhorta diciendo:“ Tened todos unos
mismos sentimientos, sed compasivos, amaos como hermanos, sed misericordiosos y
humildes. No devolváis mal por mal, ni insulto por insulto; por el contrario,
bendecid, pues habéis sido llamados a heredar la bendición” (1 P 3,8-9)?
Sí, sería algo muy hermoso, una presencia viva del Reino
de Dios entre los hombres, una fuente de glorificación permanente a nuestro
Dios, y al mismo tiempo el testimonio de amor y presencia de Dios que tal vez
está esperando de nosotros esta Humanidad que busca sin saber qué, mientras
camina envuelta en tinieblas, reales en parte porque los cristianos llamados a
ser luz no hemos sabido encenderla con la chispa de la unidad y el amor mutuo
al que estamos llamados. ¿No es una buena razón para clamar e interceder por la
unidad antes de postramos ante nuestro Dios para adorarle y mientras le
adoramos?
¨ “En la adoración se
realiza la unidad, permanecéis unidos a mí y yo os uno entre vosotros. ¡Si mi
Iglesia me adorara y se postrara ante mí en humildad y arrepentimiento, yo
derramaría sobre ella el don de la unidad...!
¨ “Sólo desde la unidad
con mi Hijo y desde la unidad entre vosotros podréis salir a luchar y
enfrentaros a los enemigos. Sólo en unidad les podréis vencer. Si vais
divididos, quedaréis derrotados en el campo de batalla. En la adoración se
acrecienta la unidad con mi Hijo y entre vosotros”.
¨
“En
vuestra común adoración e intercesión tenéis el camino más directo para llegar
juntos hasta mí y el mejor medio para permanecer unidos”.
* * *
¨ “En la adoración se realiza la unidad, permanecéis unidos a mí y yo os uno entre vosotros. ¡Si mi Iglesia me adorara y se postrara ante mí en humildad y arrepentimiento, yo derramaría sobre ella el don de la unidad...!
ResponderBorrar¨ “Sólo desde la unidad con mi Hijo y desde la unidad entre vosotros podréis salir a luchar y enfrentaros a los enemigos. Sólo en unidad les podréis vencer. Si vais divididos, quedaréis derrotados en el campo de batalla. En la adoración se acrecienta la unidad con mi Hijo y entre vosotros”.
¨ “En vuestra común adoración e intercesión tenéis el camino más directo para llegar juntos hasta mí y el mejor medio para permanecer unidos”.