INTERCESORES
CON CRISTO
“Él
mismo ‘dio’ a unos el ser apóstoles; a otros, profetas; a otros,
evangelizadores; a otros, pastores y maestros”
(Ef 4,11).
Dicho con otras palabras, todos
los verdaderos discípulos de Cristo -y sólo ellos- pueden ser intercesores.
Pero, ¿hablamos sólo de una posibilidad o son ya realmente intercesores? Si
todavía no lo son es porque les falta conocimiento de la llamada del Señor o
voluntad para dar una respuesta afirmativa.
Todos los
verdaderos cristianos recibimos del Señor una serie de llamadas, que por lo
mismo son llamadas generales, como la llamada a la santidad, a la unidad, a la
oración, etc.
¿Es la llamada a la intercesión una de esas llamadas generales?
Sí, en efecto. Todos los cristianos somos llamados a interceder; por tanto
todos podemos y debemos ser intercesores.
Las palabras del Señor confirman esta
llamada: “No me habéis elegido vosotros a
mí sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y
deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al
Padre en mi nombre os lo conceda” (Jn 15,16).
Si los cristianos estamos respondiendo de verdad a esta gran llamada que nos hace el Señor, la Iglesia se parecerá a un gran ejército unido, poderoso, en marcha y temible, con moral de victoria. Si por el contrario, encontramos a ese mismo ejército parado, relajado, distraído y entretenido en naderías cuando la misión es apremiante, en vez de una visión sobrecogedora tendremos la imagen triste y desoladora de incapacidad y derrota.
¿La diferencia? Que cada uno de los cristianos ocupe su puesto y responda a la misión que el Señor le encomienda; en concreto, que seamos conscientes de la llamada a la intercesión e intercedamos.
Pero así
como en un ejército no todos son llamados al frente de batalla, sino que hay
soldados que trabajan desde la retaguardia para el éxito del ejército que está
en vanguardia, de la misma manera no todos recibimos la misma llamada a la
intercesión o a interceder en el mismo grado.
La intercesión es una llamada
general, para todos los cristianos, pero también hay una llamada específica a
la intercesión, que es una llamada a un ministerio, al ministerio intercesor.
En el Cuerpo de Cristo hay diferentes
ministerios que cooperan para el crecimiento de todo el Cuerpo, sirviendo a la
comunidad cristiana. Uno de estos ministerios es el de intercesor. Pablo lo
explica así: “Él mismo ‘dio’ a unos el
ser apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelizadores; a otros, pastores y
maestros, para el recto ordenamiento de los santos en orden a las funciones del
ministerio, para edificación del Cuerpo de Cristo” (Ef 4,11-12).
Respuestas a la intercesión – Palabra
profética
·
A
un grupo de intercesores: El Señor les hace ver que su intercesión deben
hacerla tan unidos a él que se convierta en su propia intercesión. Les pide que
permanezcan en él absolutamente, sin fisuras, para que cada vez que intercedan
sea él quien intercede en ellos. Quiere que desaparezcan y se identifiquen con
él para ser uno en él. Al mismo tiempo les recuerda que la verdadera intercesión la hizo él en la cruz. Palabra:
No podéis separar amor, cruz e intercesión. Son tres realidades inseparables,
Para permanecer en mí e interceder conmigo tenéis que estar vacíos de vosotros
mismos,
·
Os
quiero santos como yo soy santo. Mi corazón sufre por la falta de santidad de
mis hijos, por la falta de santidad en mis llamados, en mis elegidos. La falta
de santidad apaga el fuego del amor y la falta de amor apaga el fuego de la
intercesión.
les recuerda que la verdadera intercesión la hizo él en la cruz. Palabra: No podéis separar amor, cruz e intercesión. Son tres realidades inseparables, Para permanecer en mí e interceder conmigo tenéis que estar vacíos de vosotros mismos,
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