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¿MANDATO O AMOR?
"Inmediatamente
Moisés cayó rostro a tierra" (Ex 34,8)
¿Qué había sucedido para que Moisés se postrara? Estaba en
el Sinaí, "el Señor descendió sobre una nube y se quedó allí junto a él, y
Moisés invocó el nombre del Señor.
Entonces pasó el Señor delante de Moisés
clamando: 'El Señor, el Señor; un Dios clemente y compasivo, paciente, lleno de
amor y fiel, que mantiene su amor eternamente'" (Ex 34.5-7).
Dios se
muestra a Moisés como amor y Moisés le adora.
* Cuando los hombres nos relacionamos con Dios podemos
encontrarnos con el gran dilema que se repite en tantos hombres: pensar en un
Dios opresor o descubrir al Dios verdadero.
El primer descubrimiento, o mejor
dicho, el primer criterio que suele adquirir el hombre cuando recibe nociones
acerca de Dios es el de que Dios quiere atarnos y obligarnos a hacer lo que a
él le place, saltándose la libertad que él mismo ha concedido al hombre.
Quien
así piensa ve en Dios al dictador que quiere esclavizarlo.
* Cuando el hombre busca de verdad a Dios, llega a descubrir
que Dios "se complace en el amor" (Mi 7,18), que el amor y la
misericordia de Dios hacia el hombre son al mismo tiempo un océano sin fondo y
sin orillas y el móvil de sus mandatos al hombre, al que enseña los caminos de
salvación que le conducen hacia la plenitud de vida y felicidad.
El salmista lo
dice con claridad: "Del amor de Yahvé está llena la tierra" (Sal
33,5). Y el autor del libro de la Sabiduría va más allá y busca las razones por
las que hemos de confesar que Dios es amor y trata todo con amor: "Te
compadeces de todos, porque todo lo puedes, y disimulas los pecados de los
hombres para que se arrepientan.
Amas a todos los seres y nada de lo que
hiciste aborreces, pues, si algo odiases, no lo habrías hecho. Y ¿cómo habría
permanecido algo que no hubieses querido? ¿Cómo se habría conservado lo que no
hubieses llamado? Mas tú con todas las
cosas eres indulgente porque son tuyas, Señor que amas la vida" (Sb
11,23-26).
Si el hombre se queda con la perspectiva de un Dios
tirano, verá en él a alguien de quien necesita huir; pero, si logra profundizar
en la verdad y la grandeza de Dios, si llega a descubrir quién es y que su
actitud en relación al hombre es sólo de amor, que su amor lo llena todo y que
hasta es capaz de tratar nuestros pecados desde la perspectiva del amor y la
misericordia, la adoración dejará de ser un mandato o una carga y pasará a ser
un privilegio personal de Dios para él, porque la verá como una ocasión que el
Dios de amor le ofrece para acercarse a él y gustar sus delicias.
Dice el Señor
* Visión de una persona apaleada, con magulladuras, sucia,
con heridas en los pies y de alguien que la está curando. Luego siguen estas
palabras: "Así os trato yo cuando os postráis delante de mí; soy yo quien
venda vuestras heridas, el que limpia vuestra cuerpo y purifica vuestra
persona; ¿no es un privilegio poder acudir a mí con vuestros pies doloridos?
Aquí estáis compartiendo conmigo mi sufrimiento por la humanidad. Os he elegido
para participar conmigo de mi cruz, pero tenéis el privilegio de que sea yo
quien os limpie, quien vende vuestras heridas y quien os quite el polvo del
camino. Vivid la llamada a la adoración como el gran regalo de amor que os
quiero hacer a vosotros".
Si el hombre se queda con la perspectiva de un Dios tirano, verá en él a alguien de quien necesita huir; pero, si logra profundizar en la verdad y la grandeza de Dios, si llega a descubrir quién es y que su actitud en relación al hombre es sólo de amor, que su amor lo llena todo y que hasta es capaz de tratar nuestros pecados desde la perspectiva del amor y la misericordia, la adoración dejará de ser un mandato o una carga y pasará a ser un privilegio personal de Dios para él, porque la verá como una ocasión que el Dios de amor le ofrece para acercarse a él y gustar sus delicias.
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