domingo, 2 de agosto de 2015

ENCICLICA DEL PAPA FRACISCO-

 
 
El texto completo de Laudato si, la encíclica "verde" del papa Francisco
 
 
 
 
Alabado seas, mi Señor cantaba san Francisco de Asís.

En ese hermoso cántico nos recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos: «Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce
diversos frutos con coloridas flores y hierba »Esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella.
 
Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla.
 
La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes.
 
Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devasta da tierra, que gime y sufre dolores de parto Rm 8,22).
 
Olvidamos que nosotros mismos somos tierra (cf. Gn2,7).
 
Nuestro propio cuerpo está constituido por los elementos del planeta, su aire es el que nos da el aliento y su agua nos vivifica y restaura.Cántico de las criaturas.
 
 
 
 





 












 


 

 


 



 

 

1 comentario:

  1. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes.



    Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devasta da tierra, que gime y sufre dolores de parto Rm 8,22).



    Olvidamos que nosotros mismos somos tierra (cf. Gn2,7).



    Nuestro propio cuerpo está constituido por los elementos del planeta, su aire es el que nos da el aliento y su agua nos vivifica y restaura.Cántico de las criaturas.

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