EN TODO
Y CON TODO
Todos tenemos valores humanos, espirituales,
intelectuales y pastorales.
También, tenemos necesidades en cada una de esas
dimensiones. ¿Verdad?
Y lo mejor es que tenemos posibilidades de crecimiento
armónico y equilibrado, para realizarnos bien conforme a lo que Dios quiere de
nosotros y conforme a nuestra propia identidad y aspiraciones.
Como nos recuerda
la Iglesia, la pastoral
presbiteral, que desarrollemos entre todos, nos ha de ayudar a desarrollar una
personalidad humana madurada en el espíritu de servicio a los demás, a poseer
una vida espiritual sólida, a estar intelectualmente preparado y a ejercer su
ministerio pastoral con empeño y dedicación (Cf. DMVP2, 91,
92).
Para ello, el acompañamiento y ayuda que
necesitamos recibir, y el que estamos llamados a dar a otros hermanos, ha de ser
“en todo”, en la dimensión humana (que es como la raíz en el
árbol), en la espiritual (que es como el tronco que genera y mantiene la vida),
en la intelectual (que es como la savia, que alimenta) y en la pastoral (que es
como las ramas y el fruto del crecimiento.
Cada una de esas dimensiones tiene
una importancia grande y depende del crecimiento en las otras
dimensiones. (Cf.
DMVP2, 90).
Además, para resolver las necesidades y
para superar las dificultades se necesita un acompañamiento y ayuda “con
todo” (Cfr. DMVP2,
91, 92): con los
diversos servicios formativos que renuevan la mente, los criterios, las
actitudes y la vida; con el ambiente y servicios de comunión y ayuda fraternas;
con otros servicios de bienestar integral, que apoyen la vida y el ministerio
pastoral.
Por ejemplo, si nos sentimos solos, o cansados, o desanimados, o si
queremos dar pasos de crecimiento integral, necesitamos recibir y ayudar “en
todo y con todo”, con esas diversas clases de servicios, los cuales se
complementan mutuamente y son interdependientes.
Trabajemos de esa forma por ellos y
por nuestro propio
crecimiento integral.
Con fraterna creatividad, hagámoslo estos días
compartiendo con otros hermanos con quienes hace tiempos no nos conversamos.
Gracias por hacerlo con Jesús y con su caridad pastoral.
Julio
Por ejemplo, si nos sentimos solos, o cansados, o desanimados, o si queremos dar pasos de crecimiento integral, necesitamos recibir y ayudar “en todo y con todo”, con esas diversas clases de servicios, los cuales se complementan mutuamente y son interdependientes.
ResponderBorrarTrabajemos de esa forma por ellos y por nuestro propio crecimiento integral