ADORAR
EN VERDAD
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
Santifícalos
en la verdad: tu Palabra es verdad (Jn 17,17).
La experiencia nos demuestra que la Humanidad navega por el océano de la
vida azotada sin cesar por las turbulencias del engaño y la mentira.
¡Qué
difícil es saber dónde está la verdad, quién habla con verdad o hasta dónde es
verdadera una noticia!
La mayoría de las personas no están entregadas
precisamente a la búsqueda de la verdad, sino que están movidas más bien por el
interés.
Y cuando del interés se trata, en opinión de muchos sólo hay que ser
respetuoso con algunas verdades fundamentales mientras se puede pasar
olímpicamente de las que en su opinión son pequeñas mentiras, que usan sin
rubor en beneficio propio siempre que pueden.
El mundo es un campo de batalla
donde se enfrentan la verdad y la luz contra la mentira y las tinieblas, el
Verdadero y sus seguidores contra el Mentiroso y sus esclavos.
Sabemos que las
palabras de Dios “son verdad” (2 S
7,28) y que la verdad se ha encarnado y manifestado en Jesucristo.
El mal entró en el mundo como consecuencia de una
victoria del Mentiroso y sus mentiras.
Desde entonces la guerra entre la verdad
y la mentira está declarada y se mantendrá activa hasta el final de los
tiempos. Al hombre sólo le queda decidirse de parte de quién está y ser
consecuente con su decisión.
Dios es la verdad por
naturaleza; ni hay engaño en él ni puede engañarnos.
La revelación nos re
cuerda con frecuencia esta realidad. El salmista confiesa: “Todos tus mandamientos son verdad ” (Sal 119,86); proclama su
grandeza cuando exclama: “Hasta las nubes
tu verdad” (Sal 36,6); y la pide a Dios consciente de su necesidad: “Envía tu luz y tu verdad, ellas me guíen,
y me conduzcan a tu monte santo, donde tus Moradas” (Sal 43,3).
Juan da un
paso adelante y nos habla de la verdad que se manifiesta en Cristo: "La ley fue dada por medio de Moisés,
la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo" (Jn 1,17), al
que reconoce como “Hijo único, lleno de gracia y de verdad” (Jn 1,14).
Jesús ya advirtió en relación a este tema
dos realidades de gran importancia: a) que
“el mundo entero yace en poder del Maligno” (1 Jn 5,19), que es “el Príncipe de este mundo” (Jn 12,31),
b) y que ”no se mantuvo en la verdad,
porque no hay verdad en él; cuando dice la mentira, dice lo que le sale de
dentro, porque es mentiroso y padre de la mentira” (Jn 8,44).
El Maestro,
sin embargo, dice de sí mismo: "Yo
soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí"
(Jn 14,6).
Con esta expresión tan breve nos dice claramente que no podemos ser
verdaderos adoradores sino estamos en él, que es la verdad, ni podemos
acercarnos al adorar al Padre más que por él que es el Camino.
Si queremos una
razón más, recordemos que son inseparables el Espíritu y la verdad, porque el
Paráclito es “el Espíritu de la verdad”
(Jn 14,17).
Palabra profética
“Escucha, pueblo mío: De nuevo quiero hablarte
al corazón. Ponte a mis pies y escucha mi voz.
Cuando te postres ante mi
presencia en espíritu y en verdad, verás el amor que te envuelve y la paz que
pongo en tu corazón, sentirás mi presencia y te gozarás ante mí.
Yo te llamo a
adorarme en el silencio.
Póstrate a mis pies y adórame como a tu único Dios,
como a tu único Señor.
Entonces recibirás bendiciones que nunca has imaginado,
consuelos que nunca has soñado, respuestas que nunca has esperado; porque
cuando estás cerca de mi corazón es cuando yo te puedo hablar, bendecir y
comunicar de corazón a corazón.
No tengas miedo ni pienses que esto no es para
ti; mi llamada es para todos, especialmente para los sencillos y para los
humildes.
Has de saber que al tiempo que yo te llamo, también te capacito para
que respondas, porque mío es el poder, mía es la gloria y todo es mío
ResponderBorrarYo te llamo a adorarme en el silencio.
Póstrate a mis pies y adórame como a tu único Dios, como a tu único Señor.
Entonces recibirás bendiciones que nunca has imaginado, consuelos que nunca has soñado, respuestas que nunca has esperado; porque cuando estás cerca de mi corazón es cuando yo te puedo hablar, bendecir y comunicar de corazón a corazón.
No tengas miedo ni pienses que esto no es para ti; mi llamada es para todos, especialmente para los sencillos y para los humildes.